lunes, 21 de agosto de 2017
Crónica del Presidio Político en Cuba -Colaborador José Bello
Por JESUS HERNANDEZ CUELLAR
El médico cubano Julio Antonio Yebra le dio la mano a cada uno de los integrantes del pelotón de fusilamiento y les dijo que los perdonaba. La orden de fuego se confundió con su propio grito de condena al comunismo, y su cuerpo quedó sin vida atado al madero al que lo habían amarrado. Segundos después se escuchó el tiro de gracia.
En una de las enormes torres circulares que albergan las celdas del Presidio Modelo de Isla de Pinos, Cuco Muñiz y Armando Valladares conversaban frente a la celda 35 cuando una sombra humana se desprendió desde lo alto y se estrelló en el piso, más abajo. Era Jesús López Cuevas. Se había lanzado, en un arranque suicida, desde el cuarto piso. Estaba muerto.
Pedro Luis Boitel, ex candidato a la presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria, creyó que el ser humano debía exigir respeto para sí mismo por cualquier medio. Empredió, junto a otros compañeros suyos, una tenaz huelga de hambre que tuvo repercusiones internacionales y silencios cómplices. Murió deshidratado el 24 de mayo de 1972, tras 53 días de ayuno en una prisión cubana. Antes había protagonizado otras huelgas.
Afortunadamente, Mario Chanes de Armas sobrevivió a aquel infierno, pero al precio de haber pasado 30 años en las cárceles del régimen de Fidel Castro, con lo que se convirtió en el hombre que ha cumplido la más larga condena a prisión, por razones políticas, en todo el mundo.
Chanes de Armas sufrió esa experiencia a pesar de haber participado junto con Castro en el asalto al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953; de haber viajado en el yate Granma desde Veracruz, México, hasta las costas orientales, en 1956, para dar inicio a la lucha armada antibatistiana, y de haberlo sorprendido el triunfo revolucionario de 1959 en una mazmorra del régimen de Fulgencio Batista.
"Jamás he sentido odio ni deseos de venganza hacia nadie, jamás podré ser juez ni fiscal", declaró en 1994 a Contacto Magazine Chanes de Armas, quien estuvo en prisión desde julio de 1961 hasta julio de 1991, acusado de planear atentados contra los dirigentes del gobierno de Castro.
El ex prisionero aseguró que nunca estuvo vinculado a ningún grupo que pretendiera asesinar a dirigente alguno. Hace pocos años, Chanes de Armas murió en Miami, Estados Unidos, olvidado por el mundo.
En su libro Cuba: Mito y Realidad, el sociólogo Juan Clark afirma que la cifra más alta de prisioneros políticos que ha tenido Cuba en toda su historia -todos al mismo tiempo ya condenados- fue de unos 60 mil en la década de los años 60. La organización Amnistía Internacional señala que a mediados de la década de los 70 unos 20 mil reclusos habían sido liberados.
Clark concluye que "en una base comparativa, esas dos cifras serían el equivalente, en un país del tamaño de Estados Unidos, a la existencia de entre 1,410.000 y 466.000 prisioneros para esa época".
También se asegura que durante la invasión de Bahía de Cochinos, en abril de 1961, más de 100 mil cubanos fueron encerrados en estadios, escuelas y teatros, como medida de precaución, para impedir el apoyo de la resistencia interna a la operación militar.
Históricamente, la época de mayor número de reos políticos que había tenido Cuba antes de la llegada de Castro al poder, fue la de la dictadura del general Gerardo Machado, entre 1929 y 1933, cuando unos 5 mil opositores fueron enviados a la cárcel. Durante la dictadura del general Fulgencio Batista, entre 1952 y 1958, se ha mencionado la cifra de 500 prisioneros políticos.
Los testimonios de algunos protagonistas puedan dejar en claro los tratos recibidos por unos y otros. He aquí uno importante:
"Me voy a cenar: spaghetti con calamares, bombones italianos de postre, café acabadito de colar y después un H-Upman 4. ¿No me envidias?... Cuando cojo sol por la mañana en shorts y siento el aire de mar, me parece que estoy en la playa. ¡Me van a hacer creer que estoy de vacaciones! ¿Qué diría Carlos Marx de semejantes revolucionarios?" El fragmento anterior corresponde a una carta redactada por Fidel Castro cuando se encontraba en el Presidio Modelo de Isla de Pinos, cumpliendo una condena de 15 años por haber dirigido el ataque al Cuartel Moncada, en el que murieron unas 100 personas. Castro y sus compañeros cumplieron poco más de 20 meses de cárcel, tras los cuales fueron amnistiados por el régimen de Batista.
El Presidio Histórico
El llamado "presidio histórico" de la época castrista comenzó desde los días iniciales del triunfo revolucionario. Los primeros en ser condenados fueron los militares del despuesto gobierno. Entre éstos hubo muchos, se ha denunciado, que fueron ejecutados por acusaciones no confirmadasde asesinatos presuntamente cometidos durante la corta guerra civil de diciembre de 1956 a diciembre de 1958.
"A lo largo de la isla los pelotones de fusilarniento no cesaban de ejecutar. Fue en aquellos días que el capitán Antonio Nuñez Jiménez declaró que en lo adelante el año de1961, que había sido bautizado como El Año de la Educación, se llamaría El Año del Paredón. Y fue cierta supredicción", narra en su libro Contra Toda Esperanza el ex prisionero Armando Valladares, quien permaneció 22 años en las cárceles cubanas.
En alguna ocasión, el entonces comandante Raúl Castro Ruz, hermano de Fidel y hoy presidente de los consejos de Estado y de Ministros de Cuba, dijo que "los esbirros que vamos a fusilar no pasarán de 400", refiriéndose a los militares y funcionarios del gobiemo de Batista. (Fueron miles)
En 1960, durante un discurso ante la Asamblea General de la ONU, (a nombre del gobierno del Partido Comunista de Cuba) el argentino Ernesto "Che" Guevara, unos de los principales líderes de la revolución cubana, reconoció la ola de fusilamientos con estas palabras: "Sí, estamos fusilando y seguiremos fusilando mientras sea necesario".
La realidad es que no se conoce una cifra exacta de fusilados por razones políticas en estas últimas cinco décadas de la historia de Cuba, debido a que las estadísticas de las ejecuciones son un secreto absoluto, y en mayor o menor escala, los fusilamientos no han cesado hasta nuestros días.
Sin embargo, organizaciones como Net for Cuba y el Instituto de la Memoria Histórica Cubana, ambas con sede en Miami, Estados Unidos, han recopilado nombres de por lo menos 12 mil personas ejecutadas en paredones de fusilamiento o asesinadas a sangre fría, durante los 50 años de régimen castrista.
El "presidio histórico" se fortaleció a partir de los días previos a la invasión de Bahía de Cochinos, ocurrida en abril de 1961, cuando miles de cubanos fueron a la cárcel. Uno de ellos fue Eddy Carrera, procesado por "intento de alzarse en armas en apoyo de los invasores". En aquel momento, Carrera fungía como coordinador del Movimiento Demócrata Cristiano (MDC) en la provincia de La Habana. Estuvo 16 años preso.
Carrera, que tambien se opuso a la dictadura de Batista, recuerda los más difíciles momentos del largo período en que se mantuvo en prisión: los fusilamientos reales, los fusilamientos con balas de salva -una insoportable tortura-, la obligación de vestir el uniforme azul de preso común, las requisas de los militares a punta de bayoneta, las huelgas de hambre, los asesinatos dentro de la cárcel, y otras muchas experiencias.
"Hacia mis carceleros, no siento odio, no siento lástima, es una mezcla de sentimientos, hay que tener en cuenta que casi todos eran analfabetos, seres cercanos a lo salvaje", rememora el ex prisionero.
"No me opongo a que haya justicia, pero haría lo posible porque no se produjeran actos de venganza...todos ellos, como nosotros, han tenido o tienen madres, esposas, hijos", agrega Carrera. Chanes de Armas narró a Contacto antes de morir lo que podría ser calificado como el acto de tortura psicológica "más cruel" que se haya vivido en el presidio político cubano contemporáneo.
Inmediatamente después de los ataques aéreos del 15 de abril de 1961 que precedieron al desembarco por Bahía de Cochinos, los cimientos de las circulares del Presidio Modelo de Isla de Pinos fueron dinamitados, de manera que si hubiese algún intento de rescate de los prisioneros o de operación militar norteamericana, los más de seis mil reclusos que se encontraban allí pudiesen ser "volados en pedazos".
"Se tenía la impresión de que dormíamos sobre un polvorín... hubo hombres cuyos nervios no pudieron soportar aquella tortura y quedaron dañados para siempre... era horrible pensar que de un momento a otro podíamos ser despedazados por una explosión", recordó Chanes de Armas.
Entre los prisioneros había expertos en explosivos, y éstos, de manera increíble, lograron identificar y desactivar los cables que comunicaban las numerosas cargas de dinamita con los dispositivos de detonación, que tenían un sistema doble de funcionamiento: eléctrico y mecánico.
Sin embargo, la ardua labor de desactivar los detonadores "sólo nos concedería unos minutos .... porque los genocidas, al ver que el TNT no explotaba, que no saltábamos en pedazos, ensayarían otros métodos para liquidarnos..., bastaría con que le cayeran a cañonazos a cualquiera de las circulares, pues cada una de ellas continuaba siendo un polvorín", cuenta Valladares en su libro.
Muchos soldados se burlaban de los presos, durante este período, y desde afuera les hacían señales con las manos de que harían estallar las circulares. La dinamita fue sacada poco después de la crisis de los misiles de octubre de 1962. Los "Plantados"
Una de las actitudes que convirtió a los primeros prisioneros en "históricos", además de la fecha en que entraron a la cárcel, fue la de negarse a vestir el uniforme azul de preso común. Costó enfrentamientos violentos, torturas físicas y psicológicas, y finalmente terminaron casi desnudos, sólo vistiendo un calzoncillo, durante muchos años.
Hubo momentos en que las fuerzas represivas utilizaron a expertos en artes marciales para obligar a los presos a vestir el uniforme. Esto ocurrió en todas las prisiones, pero cuando el gobiemo trató de imponer la medida, Eddy Carrera se encontraba en una granja de San Juan y Martínez, en Pinar del Río. Era el año de 1967.
"Nos llevaron uno a uno a un sitio de la granja, y en presencia de judokas nos obligaban a vestir el uniforme... el que se negaba sufría golpes y patadas de los judokas...muchos quedamos sin ropa alguna, algunos muy heridos o con huesos fracturados", narra Carrera. Estos hombres sufrieron a lo largo de sus condenas, diversos castigos. Uno de los lugares preferidos de los carceleros para sancionar a los presos eran las llamadas "gavetas", especialmente en las prisiones de Oriente, que tenían un tamaño aproximado de cuatro pies de ancho por seis de largo.
"Los presos tenían que permanecer en ellas arrodillados. Los que sufrían esa tortura estaban en esas celdas de cino a seis meses", añade Carrera.
Clark cita en su libro otro tipo de celda de castigo llamada "La Ratonera", en la prisión de La Cabaña, en La Habana, de unos siete por cuatro pies, pero hace énfasis en el hecho de que en los últimos años las más utilizadas eran las "tapiadas", de la cárcel de Boniato, Oriente, así como "los candados" y "el rectángulo de la muerte" en el Combinado del Este, en La Habana.
El sociólogo menciona que "la crueldad del sistema penitenciario del régimen de Castro está también implícita en el inadecuado suministro de alimentos y en ocasiones la insuficiente asistencia médica, que en diferentes oportunidades ha sido negada como parte de medidas disciplinarias contra los prisioneros". (Ademas de las torturas, la falta de alimentación y atención medica ha causado la muerte de cientos de presos politicos)Nuevos Prisioneros
Entre los presos "históricos" hubo una buena parte que superó los 20 años de prisión. Ernesto Díaz Rodríguez, ex activista sindical y poeta, fue liberado tres meses antes que Chanes de Armas. Eusebio Peñalver, luchador revolucionario que integró las filas del Ché Guevara en la guerra contra Batista, volvió a las armas después del triunfo castrista y fue capturado en las montañas del Escambray, en el centrosur de Cuba. Estuvo en prisión 28 años. Se considera que es la persona de raza negra que más años ha estado preso por razones políticas en todo el mundo, un año más que el activista y político surafricano Nelson Mandela. También murió en Miami, hace pocos años.
Pero mientras tanto, un nuevo presidio político se integró al "histórico". Desde la década de los 70, las autoridades cubanas ya no permitían que ambos grupos se juntaran, y colocaban a los nuevos, directamente, en los planes de rehabilitación política.
Sin embargo, en mayo de 1983, prisioneros que habían sido condenados después de 1979, narra Clark en su libro, "rechazaron también el plan de rehabilitación y formaron el Nuevo Presidio Plantado, diferenciándolo del anterior, que denominaban "histórico" y que, según ellos, "les servía de ejemplo".
A finales de 1991, causó conmoción a nivel internacional la golpiza que recibió frente a su propia casa la poetisa María Elena Cruz Varela, a quien se intentó obligar a tragar una Declaración de Principios que había escrito exigiendo libertad y democracia. Tras el ataque que sufrió de turbas aparentemente civiles, organizadas por el Ministerio del Interior, fue condenada a prisión por divulgar "propaganda enemiga". Fue indultada en 1993.
"La mujer cubana, prisionera política, merece que se le haga un monumento cuando Cuba sea libre", indicó Chanes de Armas.
"Ellas también, antes y ahora, fueron golpeadas y torturadas en las prisiones", subrayó el ex prisionero.
Desde el fortalecimiento de la llamada disidencia interna y el movimiento de periodistas independientes, en 1995, numerosos activistas y profesionales de la información han sido arrestados y expulsados del país. Las olas de arrestos de opositores no han cesado.
Cifras de la Fundación Nacional Cubano Americana y del Grupo de Apoyo a Concilio Cubano, por separado, coinciden en afirmar que la población penal de Cuba, en todas las categorías, superaba los 275 mil prisioneros avanzada la década de los 90. (Sin embargo solo se menciona a nivel mundial a los “75” del 2003).
"España, por citar un ejemplo, mantiene en sus cárceles a alrededor de 40 mil reclusos y está considerada la nación con mayor población penal de Europa, sin embargo, España tiene 40 millones de habitantes", señala Rodolfo González González, del Grupo de Apoyo a Concilio Cubano en un artículo titulado En la Isla de Rejas, que fue distribuido por CubaNet a través de Internet.
"Cuba, con sólo 11 millones de habitantes, mantiene en sus prisiones a más de 275 mil reclusos, casi toda la población penal de Europa", añade González González.
En la actualidad, organizaciones de derechos humanos calculan que en Cuba hay casi 400 prisioneros de conciencia, principalmente opositores pacíficos del llamado movimiento disidente. En marzo de 2003, 75 de estos disidentes fueron condenados a penas de hasta 28 años de cárcel. El suceso provocó numerosas críticas a nivel mundial, inclusive dentro de importantes sectores de izquierda. La mayoría de los condenados permanece en prisión.
"Otros países han sufrido momentos similares..., por eso soy un convencido de la democracia, no quiero democracia para mí y dictadura para mis enemigos políticos", reflexiona Carrera.
"Es repugnante ver cómo algunos gobernantes reciben a Castro, estoy seguro de que los franceses, por ejemplo, no quieren para su país un régimen como el que hay en Cuba", concluyó Chanes de Armas.
"El hombre es el ser maravilloso de la Naturaleza. Torturarlo, destrozarlo, exterminarlo por sus ideas es, más que una violación a los derechos humanos, un crimen contra toda la humanidad", ha dicho Armando Valladares
El médico cubano Julio Antonio Yebra le dio la mano a cada uno de los integrantes del pelotón de fusilamiento y les dijo que los perdonaba. La orden de fuego se confundió con su propio grito de condena al comunismo, y su cuerpo quedó sin vida atado al madero al que lo habían amarrado. Segundos después se escuchó el tiro de gracia.
En una de las enormes torres circulares que albergan las celdas del Presidio Modelo de Isla de Pinos, Cuco Muñiz y Armando Valladares conversaban frente a la celda 35 cuando una sombra humana se desprendió desde lo alto y se estrelló en el piso, más abajo. Era Jesús López Cuevas. Se había lanzado, en un arranque suicida, desde el cuarto piso. Estaba muerto.
Pedro Luis Boitel, ex candidato a la presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria, creyó que el ser humano debía exigir respeto para sí mismo por cualquier medio. Empredió, junto a otros compañeros suyos, una tenaz huelga de hambre que tuvo repercusiones internacionales y silencios cómplices. Murió deshidratado el 24 de mayo de 1972, tras 53 días de ayuno en una prisión cubana. Antes había protagonizado otras huelgas.
Afortunadamente, Mario Chanes de Armas sobrevivió a aquel infierno, pero al precio de haber pasado 30 años en las cárceles del régimen de Fidel Castro, con lo que se convirtió en el hombre que ha cumplido la más larga condena a prisión, por razones políticas, en todo el mundo.
Chanes de Armas sufrió esa experiencia a pesar de haber participado junto con Castro en el asalto al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953; de haber viajado en el yate Granma desde Veracruz, México, hasta las costas orientales, en 1956, para dar inicio a la lucha armada antibatistiana, y de haberlo sorprendido el triunfo revolucionario de 1959 en una mazmorra del régimen de Fulgencio Batista.
"Jamás he sentido odio ni deseos de venganza hacia nadie, jamás podré ser juez ni fiscal", declaró en 1994 a Contacto Magazine Chanes de Armas, quien estuvo en prisión desde julio de 1961 hasta julio de 1991, acusado de planear atentados contra los dirigentes del gobierno de Castro.
El ex prisionero aseguró que nunca estuvo vinculado a ningún grupo que pretendiera asesinar a dirigente alguno. Hace pocos años, Chanes de Armas murió en Miami, Estados Unidos, olvidado por el mundo.
En su libro Cuba: Mito y Realidad, el sociólogo Juan Clark afirma que la cifra más alta de prisioneros políticos que ha tenido Cuba en toda su historia -todos al mismo tiempo ya condenados- fue de unos 60 mil en la década de los años 60. La organización Amnistía Internacional señala que a mediados de la década de los 70 unos 20 mil reclusos habían sido liberados.
Clark concluye que "en una base comparativa, esas dos cifras serían el equivalente, en un país del tamaño de Estados Unidos, a la existencia de entre 1,410.000 y 466.000 prisioneros para esa época".
También se asegura que durante la invasión de Bahía de Cochinos, en abril de 1961, más de 100 mil cubanos fueron encerrados en estadios, escuelas y teatros, como medida de precaución, para impedir el apoyo de la resistencia interna a la operación militar.
Históricamente, la época de mayor número de reos políticos que había tenido Cuba antes de la llegada de Castro al poder, fue la de la dictadura del general Gerardo Machado, entre 1929 y 1933, cuando unos 5 mil opositores fueron enviados a la cárcel. Durante la dictadura del general Fulgencio Batista, entre 1952 y 1958, se ha mencionado la cifra de 500 prisioneros políticos.
Los testimonios de algunos protagonistas puedan dejar en claro los tratos recibidos por unos y otros. He aquí uno importante:
"Me voy a cenar: spaghetti con calamares, bombones italianos de postre, café acabadito de colar y después un H-Upman 4. ¿No me envidias?... Cuando cojo sol por la mañana en shorts y siento el aire de mar, me parece que estoy en la playa. ¡Me van a hacer creer que estoy de vacaciones! ¿Qué diría Carlos Marx de semejantes revolucionarios?" El fragmento anterior corresponde a una carta redactada por Fidel Castro cuando se encontraba en el Presidio Modelo de Isla de Pinos, cumpliendo una condena de 15 años por haber dirigido el ataque al Cuartel Moncada, en el que murieron unas 100 personas. Castro y sus compañeros cumplieron poco más de 20 meses de cárcel, tras los cuales fueron amnistiados por el régimen de Batista.
El Presidio Histórico
El llamado "presidio histórico" de la época castrista comenzó desde los días iniciales del triunfo revolucionario. Los primeros en ser condenados fueron los militares del despuesto gobierno. Entre éstos hubo muchos, se ha denunciado, que fueron ejecutados por acusaciones no confirmadasde asesinatos presuntamente cometidos durante la corta guerra civil de diciembre de 1956 a diciembre de 1958.
"A lo largo de la isla los pelotones de fusilarniento no cesaban de ejecutar. Fue en aquellos días que el capitán Antonio Nuñez Jiménez declaró que en lo adelante el año de1961, que había sido bautizado como El Año de la Educación, se llamaría El Año del Paredón. Y fue cierta supredicción", narra en su libro Contra Toda Esperanza el ex prisionero Armando Valladares, quien permaneció 22 años en las cárceles cubanas.
En alguna ocasión, el entonces comandante Raúl Castro Ruz, hermano de Fidel y hoy presidente de los consejos de Estado y de Ministros de Cuba, dijo que "los esbirros que vamos a fusilar no pasarán de 400", refiriéndose a los militares y funcionarios del gobiemo de Batista. (Fueron miles)
En 1960, durante un discurso ante la Asamblea General de la ONU, (a nombre del gobierno del Partido Comunista de Cuba) el argentino Ernesto "Che" Guevara, unos de los principales líderes de la revolución cubana, reconoció la ola de fusilamientos con estas palabras: "Sí, estamos fusilando y seguiremos fusilando mientras sea necesario".
La realidad es que no se conoce una cifra exacta de fusilados por razones políticas en estas últimas cinco décadas de la historia de Cuba, debido a que las estadísticas de las ejecuciones son un secreto absoluto, y en mayor o menor escala, los fusilamientos no han cesado hasta nuestros días.
Sin embargo, organizaciones como Net for Cuba y el Instituto de la Memoria Histórica Cubana, ambas con sede en Miami, Estados Unidos, han recopilado nombres de por lo menos 12 mil personas ejecutadas en paredones de fusilamiento o asesinadas a sangre fría, durante los 50 años de régimen castrista.
El "presidio histórico" se fortaleció a partir de los días previos a la invasión de Bahía de Cochinos, ocurrida en abril de 1961, cuando miles de cubanos fueron a la cárcel. Uno de ellos fue Eddy Carrera, procesado por "intento de alzarse en armas en apoyo de los invasores". En aquel momento, Carrera fungía como coordinador del Movimiento Demócrata Cristiano (MDC) en la provincia de La Habana. Estuvo 16 años preso.
Carrera, que tambien se opuso a la dictadura de Batista, recuerda los más difíciles momentos del largo período en que se mantuvo en prisión: los fusilamientos reales, los fusilamientos con balas de salva -una insoportable tortura-, la obligación de vestir el uniforme azul de preso común, las requisas de los militares a punta de bayoneta, las huelgas de hambre, los asesinatos dentro de la cárcel, y otras muchas experiencias.
"Hacia mis carceleros, no siento odio, no siento lástima, es una mezcla de sentimientos, hay que tener en cuenta que casi todos eran analfabetos, seres cercanos a lo salvaje", rememora el ex prisionero.
"No me opongo a que haya justicia, pero haría lo posible porque no se produjeran actos de venganza...todos ellos, como nosotros, han tenido o tienen madres, esposas, hijos", agrega Carrera. Chanes de Armas narró a Contacto antes de morir lo que podría ser calificado como el acto de tortura psicológica "más cruel" que se haya vivido en el presidio político cubano contemporáneo.
Inmediatamente después de los ataques aéreos del 15 de abril de 1961 que precedieron al desembarco por Bahía de Cochinos, los cimientos de las circulares del Presidio Modelo de Isla de Pinos fueron dinamitados, de manera que si hubiese algún intento de rescate de los prisioneros o de operación militar norteamericana, los más de seis mil reclusos que se encontraban allí pudiesen ser "volados en pedazos".
"Se tenía la impresión de que dormíamos sobre un polvorín... hubo hombres cuyos nervios no pudieron soportar aquella tortura y quedaron dañados para siempre... era horrible pensar que de un momento a otro podíamos ser despedazados por una explosión", recordó Chanes de Armas.
Entre los prisioneros había expertos en explosivos, y éstos, de manera increíble, lograron identificar y desactivar los cables que comunicaban las numerosas cargas de dinamita con los dispositivos de detonación, que tenían un sistema doble de funcionamiento: eléctrico y mecánico.
Sin embargo, la ardua labor de desactivar los detonadores "sólo nos concedería unos minutos .... porque los genocidas, al ver que el TNT no explotaba, que no saltábamos en pedazos, ensayarían otros métodos para liquidarnos..., bastaría con que le cayeran a cañonazos a cualquiera de las circulares, pues cada una de ellas continuaba siendo un polvorín", cuenta Valladares en su libro.
Muchos soldados se burlaban de los presos, durante este período, y desde afuera les hacían señales con las manos de que harían estallar las circulares. La dinamita fue sacada poco después de la crisis de los misiles de octubre de 1962. Los "Plantados"
Una de las actitudes que convirtió a los primeros prisioneros en "históricos", además de la fecha en que entraron a la cárcel, fue la de negarse a vestir el uniforme azul de preso común. Costó enfrentamientos violentos, torturas físicas y psicológicas, y finalmente terminaron casi desnudos, sólo vistiendo un calzoncillo, durante muchos años.
Hubo momentos en que las fuerzas represivas utilizaron a expertos en artes marciales para obligar a los presos a vestir el uniforme. Esto ocurrió en todas las prisiones, pero cuando el gobiemo trató de imponer la medida, Eddy Carrera se encontraba en una granja de San Juan y Martínez, en Pinar del Río. Era el año de 1967.
"Nos llevaron uno a uno a un sitio de la granja, y en presencia de judokas nos obligaban a vestir el uniforme... el que se negaba sufría golpes y patadas de los judokas...muchos quedamos sin ropa alguna, algunos muy heridos o con huesos fracturados", narra Carrera. Estos hombres sufrieron a lo largo de sus condenas, diversos castigos. Uno de los lugares preferidos de los carceleros para sancionar a los presos eran las llamadas "gavetas", especialmente en las prisiones de Oriente, que tenían un tamaño aproximado de cuatro pies de ancho por seis de largo.
"Los presos tenían que permanecer en ellas arrodillados. Los que sufrían esa tortura estaban en esas celdas de cino a seis meses", añade Carrera.
Clark cita en su libro otro tipo de celda de castigo llamada "La Ratonera", en la prisión de La Cabaña, en La Habana, de unos siete por cuatro pies, pero hace énfasis en el hecho de que en los últimos años las más utilizadas eran las "tapiadas", de la cárcel de Boniato, Oriente, así como "los candados" y "el rectángulo de la muerte" en el Combinado del Este, en La Habana.
El sociólogo menciona que "la crueldad del sistema penitenciario del régimen de Castro está también implícita en el inadecuado suministro de alimentos y en ocasiones la insuficiente asistencia médica, que en diferentes oportunidades ha sido negada como parte de medidas disciplinarias contra los prisioneros". (Ademas de las torturas, la falta de alimentación y atención medica ha causado la muerte de cientos de presos politicos)Nuevos Prisioneros
Entre los presos "históricos" hubo una buena parte que superó los 20 años de prisión. Ernesto Díaz Rodríguez, ex activista sindical y poeta, fue liberado tres meses antes que Chanes de Armas. Eusebio Peñalver, luchador revolucionario que integró las filas del Ché Guevara en la guerra contra Batista, volvió a las armas después del triunfo castrista y fue capturado en las montañas del Escambray, en el centrosur de Cuba. Estuvo en prisión 28 años. Se considera que es la persona de raza negra que más años ha estado preso por razones políticas en todo el mundo, un año más que el activista y político surafricano Nelson Mandela. También murió en Miami, hace pocos años.
Pero mientras tanto, un nuevo presidio político se integró al "histórico". Desde la década de los 70, las autoridades cubanas ya no permitían que ambos grupos se juntaran, y colocaban a los nuevos, directamente, en los planes de rehabilitación política.
Sin embargo, en mayo de 1983, prisioneros que habían sido condenados después de 1979, narra Clark en su libro, "rechazaron también el plan de rehabilitación y formaron el Nuevo Presidio Plantado, diferenciándolo del anterior, que denominaban "histórico" y que, según ellos, "les servía de ejemplo".
A finales de 1991, causó conmoción a nivel internacional la golpiza que recibió frente a su propia casa la poetisa María Elena Cruz Varela, a quien se intentó obligar a tragar una Declaración de Principios que había escrito exigiendo libertad y democracia. Tras el ataque que sufrió de turbas aparentemente civiles, organizadas por el Ministerio del Interior, fue condenada a prisión por divulgar "propaganda enemiga". Fue indultada en 1993.
"La mujer cubana, prisionera política, merece que se le haga un monumento cuando Cuba sea libre", indicó Chanes de Armas.
"Ellas también, antes y ahora, fueron golpeadas y torturadas en las prisiones", subrayó el ex prisionero.
Desde el fortalecimiento de la llamada disidencia interna y el movimiento de periodistas independientes, en 1995, numerosos activistas y profesionales de la información han sido arrestados y expulsados del país. Las olas de arrestos de opositores no han cesado.
Cifras de la Fundación Nacional Cubano Americana y del Grupo de Apoyo a Concilio Cubano, por separado, coinciden en afirmar que la población penal de Cuba, en todas las categorías, superaba los 275 mil prisioneros avanzada la década de los 90. (Sin embargo solo se menciona a nivel mundial a los “75” del 2003).
"España, por citar un ejemplo, mantiene en sus cárceles a alrededor de 40 mil reclusos y está considerada la nación con mayor población penal de Europa, sin embargo, España tiene 40 millones de habitantes", señala Rodolfo González González, del Grupo de Apoyo a Concilio Cubano en un artículo titulado En la Isla de Rejas, que fue distribuido por CubaNet a través de Internet.
"Cuba, con sólo 11 millones de habitantes, mantiene en sus prisiones a más de 275 mil reclusos, casi toda la población penal de Europa", añade González González.
En la actualidad, organizaciones de derechos humanos calculan que en Cuba hay casi 400 prisioneros de conciencia, principalmente opositores pacíficos del llamado movimiento disidente. En marzo de 2003, 75 de estos disidentes fueron condenados a penas de hasta 28 años de cárcel. El suceso provocó numerosas críticas a nivel mundial, inclusive dentro de importantes sectores de izquierda. La mayoría de los condenados permanece en prisión.
"Otros países han sufrido momentos similares..., por eso soy un convencido de la democracia, no quiero democracia para mí y dictadura para mis enemigos políticos", reflexiona Carrera.
"Es repugnante ver cómo algunos gobernantes reciben a Castro, estoy seguro de que los franceses, por ejemplo, no quieren para su país un régimen como el que hay en Cuba", concluyó Chanes de Armas.
"El hombre es el ser maravilloso de la Naturaleza. Torturarlo, destrozarlo, exterminarlo por sus ideas es, más que una violación a los derechos humanos, un crimen contra toda la humanidad", ha dicho Armando Valladares
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