Jirones de Nuestra Historia
Testimonio de Glauco Guilarte sobre Las Cabañitas:
Testimonio de Glauco Guilarte sobre Las Cabañitas:
A finales del año 1961 y gran parte de 1962 a muchos de los
dirigentes de las organizaciones de ese entonces como: el MRP, las FAL, el
Directorio Estudiantil Universitario, el Movimiento 30 de Noviembre, etc., al
ser detenidos eran llevados a la Seguridad de Estado, el (G-2) que estaba en Quinta y 14, en Miramar,
La Habana.
Para aquellos que se negaban a hablar para obtener sus confesiones,
comenzaba la odisea de Las Cabañitas o el Punto X. Se nos hacia subir a un carro, se nos ponía un
gorro negro en la cabeza y nos tiraban al piso. Nos plantaban un pie en el
costado y una metralleta en la cabeza y entonces comenzaban los insultos y
amenazas, mientras nos daban vueltas por alrededor de una hora para luego
bajarnos en un lugar desconocido al que los presos denominábamos Las Cabañitas
o Punto X.
Allí no se sabía si era de día
o de noche. A cualquier hora nos sacaban a los interrogatorios. no nos dejaban
dormir, pues constantemente golpeaban la puerta y nos llamaban como parte de
las torturas mentales. La comida muy escasa y mala. A veces nos daban el
desayuno y una hora después la comida para hacernos perder la noción del
tiempo. No se nos permitía el baño, afeitarnos o lavarnos la boca y mucho menos
se nos permitían visitas. Para sacarnos
de la celda a hacer las necesidades fisiológicas (si es que llegaban a tiempo)
nos ponían el gorro negro y nos tomaban por el cuello para que no pudieras ver
absolutamente nada. Y después no nos daban papel de ninguna clase. En fin,
recuerdo cuando me llevaron allí, era el 21 de febrero de 1962 y me regresaron a
5ta y 14 el 12 de mayo. Cuando pude verme frente a un espejo parecía un gorila
flaco lleno de pelos pero con 40 libras de menos y una peste tan grande, que yo
mismo me tenía asco. Esa experiencia me ha dejado marcado para el resto de mi
vida.
Después de procesarnos en el G-2 de 5ta y 14 se nos enviaba a
la prisión de La Cabaña y se nos recluía en las “famosas” Galeras Especiales,
nombre eufemístico para que nuestros familiares, el pueblo y los demás presos
que estaban en el patio de La Cabaña creyeran que nosotros éramos presos
privilegiados, que recibíamos mejor trato y más alimentos que los demás presos,
cuando en realidad era todo lo contrario. Allí, por ese entonces, las visitas
eran mensuales, duraban 10 minutos y siempre estaba presente un miembro de la
Seguridad. Las Galeras Especiales, como tales, se acabaron en enero del 63. Los
presos condenados eran trasladados al Presidio Político de Isla de Pinos,
mientras que los que estaban aún pendientes los trasladaban para el patio de La
Cabaña. En abril de 1963 estas galeras comenzaron a recibir directamente a
todos los presos procesados, tanto del G-2 como de las Galeras Especiales, las
que pasaron a llamarse Galeras de Ingreso o de Pendientes. Pero lo más
horroroso de todo era escuchar desde nuestras galeras los gritos de ¡VIVA CUBA
LIBRE, VIVA CRISTO REY! de aquellos hermanos de lucha que fusilaban en los
fosos del fondo de La Cabaña.
Glauco
Guilarte
Muy interesante articulo, una verdadera pena los sufrimientos y torturas a las que fueron y son sometidos los presos politicoa y de conciencia en Cuba , gracias Glauco.
ResponderEliminarIsrael Abreu