domingo, 23 de abril de 2017

TESTIMONIO DE GLAUCO GUILARTE. SOBRE LAS CABAÑITAS.

Jirones de Nuestra Historia

Testimonio de Glauco Guilarte sobre Las Cabañitas:

A finales del año 1961 y gran parte de 1962 a muchos de los dirigentes de las organizaciones de ese entonces como: el MRP, las FAL, el Directorio Estudiantil Universitario, el Movimiento 30 de Noviembre, etc., al ser detenidos eran llevados a la Seguridad de Estado, el  (G-2) que estaba en Quinta y 14, en Miramar, La Habana. 

Para aquellos que se negaban a hablar para obtener sus confesiones, comenzaba la odisea de Las Cabañitas o el Punto X.  Se nos hacia subir a un carro, se nos ponía un gorro negro en la cabeza y nos tiraban al piso. Nos plantaban un pie en el costado y una metralleta en la cabeza y entonces comenzaban los insultos y amenazas, mientras nos daban vueltas por alrededor de una hora para luego bajarnos en un lugar desconocido al que los presos denominábamos Las Cabañitas o Punto X.  

Allí no se sabía si era de día o de noche. A cualquier hora nos sacaban a los interrogatorios. no nos dejaban dormir, pues constantemente golpeaban la puerta y nos llamaban como parte de las torturas mentales. La comida muy escasa y mala. A veces nos daban el desayuno y una hora después la comida para hacernos perder la noción del tiempo. No se nos permitía el baño, afeitarnos o lavarnos la boca y mucho menos se nos permitían visitas.  Para sacarnos de la celda a hacer las necesidades fisiológicas (si es que llegaban a tiempo) nos ponían el gorro negro y nos tomaban por el cuello para que no pudieras ver absolutamente nada. Y después no nos daban papel de ninguna clase. En fin, recuerdo cuando me llevaron allí, era el 21 de febrero de 1962 y me regresaron a 5ta y 14 el 12 de mayo. Cuando pude verme frente a un espejo parecía un gorila flaco lleno de pelos pero con 40 libras de menos y una peste tan grande, que yo mismo me tenía asco. Esa experiencia me ha dejado marcado para el resto de mi vida.

Después de procesarnos en el G-2 de 5ta y 14 se nos enviaba a la prisión de La Cabaña y se nos recluía en las “famosas” Galeras Especiales, nombre eufemístico para que nuestros familiares, el pueblo y los demás presos que estaban en el patio de La Cabaña creyeran que nosotros éramos presos privilegiados, que recibíamos mejor trato y más alimentos que los demás presos, cuando en realidad era todo lo contrario. Allí, por ese entonces, las visitas eran mensuales, duraban 10 minutos y siempre estaba presente un miembro de la Seguridad. Las Galeras Especiales, como tales, se acabaron en enero del 63. Los presos condenados eran trasladados al Presidio Político de Isla de Pinos, mientras que los que estaban aún pendientes los trasladaban para el patio de La Cabaña. En abril de 1963 estas galeras comenzaron a recibir directamente a todos los presos procesados, tanto del G-2 como de las Galeras Especiales, las que pasaron a llamarse Galeras de Ingreso o de Pendientes. Pero lo más horroroso de todo era escuchar desde nuestras galeras los gritos de ¡VIVA CUBA LIBRE, VIVA CRISTO REY! de aquellos hermanos de lucha que fusilaban en los fosos del fondo de La Cabaña.


Glauco Guilarte 

1 comentario:

  1. Muy interesante articulo, una verdadera pena los sufrimientos y torturas a las que fueron y son sometidos los presos politicoa y de conciencia en Cuba , gracias Glauco.

    Israel Abreu

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